No soy lo que me propongo ser, tampoco soy lo que otros esperan de mi. Hay un mundo, con millones de personas sobre él, estoy rodeada de ellos. Sólo es eso, me rodean. Ya no me sorprende, ya no me conmociona, pero jamás me acostumbraré a ello. Al parecer mi mundo es ajeno al de los demás, todos tienen metas, tienen planes, mi mundo se sobrepone y me limito a observar, como dos dimensiones que chocan pero no se fusionan. Algo he de hacer mal, mis acciones deben estar mal, yo debo estar mal si no entro en el rompecabezas. Entonces dejaré de forzar las piezas. El juego no es para mi.